miércoles, 18 de enero de 2012

Claret y Canarias

La próxima Asamblea de Seglares Claretianos de la Región Bética se celebrará en Canarias, la tierra que le robó el corazón a Claret. En estas islas hay varias comunidades de Seglares, tanto en Tenerife como en Gran Canaria. La más antigua de ellas, Comunidad Antiguo Testamento (Las Palmas de Gran Canaria), nació en 1984. Todo un símbolo de fidelidad y amor al Movimiento y a Claret.

Os invitamos a conocer un poco más la experiencia de Claret en esta etapa de su vida

San Antonio Mª Claret, apóstol de Canarias. 
En marzo de 1848 llegó S. Antonio María Claret a las Islas Canarias con el recién nombrado obispo D. Buenaventura Codina. Tenía 40 años. Y es que tras la nueva rebelión armada de 1847 ya no era posible dar misiones en Cataluña. Desde el Puerto de la Luz de Gran Canaria hasta los ásperos arenales de Lanzarote resonó la convincente voz de Claret. Misionó Telde, Agüimes, Arucas, Gáldar, Guía, Firgas, Teror... El milagro de Cataluña se repitió de nuevo. Claret tuvo que predicar en las plazas, sobre los tablaos, al campo libre, entre multitudes que lo acosaban. A pesar de una pulmonía no cejó en su intenso trabajo. En Lanzarote dio misiones en Teguise y Arrecife. Empleó catorce meses de su vida en las Islas anunciando el Evangelio, y dejó atrás conversiones, prodigios, profecías y leyendas. Dedica la mayor parte de su tiempo a la predicación y a la confesión, sin olvidar la atención a niños y los sacerdotes. Su recorrido a pie por multitud de pueblos, con su oratoria clara, cálida y sencilla, donde la oración y la pobreza eran sus verdaderas columnas, favoreció un cambio visible en muchas costumbres "relajadas" de los fieles y en una verdadera regeneración de la vida cristiana del pueblo canario. Los tres vértices que conformaron el quehacer misionero de Claret en Canarias fueron: predicar incansablemente el amor y la misericordia de Dios Padre, invitar a todos a recibir los Sacramentos del Perdón (Penitencia) y de la Gracia (Eucaristía) y repartir a manos llenas libros devocionales y rosarios para que las familias se convirtiesen en hogares de oración y de paz. Ni cansaban sus largos sermones y catequesis, ni él se cansaba de confesar durantes horas y horas A pesar de su pequeña estatura, tenía una gran altura moral y por sus cualidades humanas y cristianas siempre fue considerado por el pueblo sencillo como un verdadero santo, y se le llamaba cariñosamente "El Padrito".
 Los canarios vieron partir con lágrimas en los ojos un día a su "Padrito" y lo despidieron con añoranza. Era en los últimos días de mayo de 1849. Su recuerdo y su espíritu aún perdura con gran arraigo en las Islas. "Estos canarios me tienen robado el corazón... será para mí muy sensible el día en que los tendré que dejar para ir a misionar a otros lugares, según mi ministerio", escribió en una de sus cartas al Obispo de Vic. 
 En 1849 regresó a Vic, donde fundó la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. 
El Papa Pío XII canonizó a Claret el 7 de mayo de 1950, y en 1952 fue declarado compatrono de la Diócesis de Canarias.
Transcurridos más de 150 años, sigue presente su figura y actualizándose repetidamente en estas islas. No hay nada más que ir por los pueblos y hablar con personas de mediana edad o mayores para constatar esta realidad.

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